25.1.05

¿Es necesaria la exploración espacial?

Esta es una pregunta con trampa. Vamos a hacer un ejercicio mental: quita "espacial" de la frase de arriba y vuelve a hacerte la pregunta. Si la respuesta es "sí", entonces ya hemos avanzado mucho. Si la respuesta es "no", sigue leyendo, por favor.

La de arriba es una pregunta que mucha gente se hace. ¿Por qué invertir ingentes cantidades de dinero y esfuerzo en viajes espaciales cuando hay tantos problemas que resolver en nuestro planeta? ¿Realmente merece la pena el gasto? Desde el punto de vista de la utilidad más inmediata, tal y como se entiende a pie de calle, la respuesta bien podría ser "no".

Sin embargo, al enfocar el tema desde otras prespectivas, la respuesta es un "sí" rotundo. No debemos olvidar que la Tierra, tal y como la conocemos, está plagada de problemas sin resolver, pero eso no es óbice para dar carpetazo a la exploración espacial. ¿Por qué?

Una de las primeras razones tiene su origen en la biología y sería la más básica de todas. Todo organismo tiene más probabilidades de sobrevivir si ocupa una región geográfica mayor. Eso impide una extinción total por una catástrofe local, y una adaptación en diferentes medio ambientes que puede servir para sobrevivir a una catástrofe a gran escala. Es decir, que la exploración está incentivada en la naturaleza.

Otra de las razones principales es la tendencia natural del ser humano de conocer sus alrededores y expandirse en busca de nuevos territorios. La curiosidad es una cualidad innata en la humanidad, y siempre ha habido personas que, en vez de quedarse cómodamente en casa o en sus pueblos o ciudades, ha partido hacia regiones ignotas y no cartografiadas, ya fuera por fortuna, gloria, fama, conocimiento o el deber. Cook, Vasco Nuñez de Balboa, el doctor Livingstone, Magallanes y Elcano o Burton se movieron por esos impulsos y sus nombres han quedado grabados en la Historia. Gracias a ellos, el conocimiento de la Humanidad se amplió y, literalmente, dieron nuevos límites a la imagen que se tenía del mundo en sus respectivas épocas. Gracias a ellos, y al impulso que recibieron, nuevos territorios y fuentes de riqueza se abrieron para sus sociedades. Es decir, que el balance general de la exploración fue netamente positivo para las sociedades exploradoras frente a las que no lo eran: colonias, oro, seda, algodón, descubrimiento de la pólvora, etc. Recordemos los ejemplos del Imperio Británico del siglo XIX, el Imperio Español del siglo XVI o la colonización del Oeste de los EEUU.

Pero en el siglo XX, gracias a la tecnología y a los numerosos viajes de antiguos exploradores, ¿qué quedaba por descubrir? Gracias a los satélites, toda la superficie de la Tierra ha quedado cartografiada y ya no quedan nuevas tierras que reclamar Se acabaron los tiempos de los grandes descubridores de los siglos anteriores. Ahora, solo tenemos una frontera ignota y que aún no hemos hollado con nuestros pies (si exceptuamos la Luna): el espacio.

Otra de las razones fundamentales para la exploración espacial es la búsqueda del conocimiento. El conocimiento puro que se obtiene de la exploración espacial puede parecer un concepto abstracto o demasiado alejado de la vida diaria, algo que jamás se utiliza. Pero gracias a la exploración espacial se han descubierto y desarrollado cosas tan usuales en nuestra vida como estas: las gafas de sol, los detectores de humo, los códigos de barras, los trajes ignífugos de los bomberos, las imágenes digitales de los escáneres médicos, las antenas parabólicas de TV y materiales plásticos que seguro que tenemos alrededor y que nos facilitan enormemente la vida (más inventos aquí). Todos ellos gracias al conocimiento adquirido en el espacio. Bien es cierto que la gente se puede preguntar "¿Para qué diablos quiero yo saber que hay agua en la Luna?" Bueno, quizás para esa persona es completamente inútil ese dato, pero no para la decisión de si es factible el establecimiento de una base permanente en nuestro satélite. Recordad que incluso el conocimiento más absurdo hoy puede resultar inapreciable en el futuro (algún día hablaré de la historia de los nñumeros imaginarios)

Otro de los puntos de vista que debemos considerar es el económico. ¿Es rentable invertir en investigación en el espacio? Como hemos visto antes, muchos inventos proceden de la investigación del espacio, y puedo asegurar que se han vendido muchas gafas de sol, antenas parabólicas y detectores de humo. Por no hablar de los satélites artificiales que tenemos en órbita, que generan millones y millones de dólares gracias a la información que transmiten. Así pues, la rentabilidad de la exploración espacial está garantizada. De hecho, si existen compañías privadas de lanzamiento de satélites (aquí, aquí y aquí), es que es rentable. Por no hablar de los nuevos materiales que se pueden obtener en el espacio y no en la Tierra. Pero ese es un tema muy extenso del que hablaré en otro momento.
Por no hablar de la cantidad de empleos que se generan con la industria aeroespacial.

Finalmente, otro de los factores para la exploración espacial, aunque el más polémico, es el aspecto estrátegico o militar. El conocimiento de las mejores órbitas o los puntos más estables de éstas puede ser de una importancia crucial para un futuro conflicto que se decida desde el espacio. Si bien el autor no es precisamente partidario de esa investigación, es un factor importante del espacio. De hecho, algunas partes del escudo antimisiles de los EEUU tienen su lugar en dichas órbitas estables, y quien sabe cuándo lo necesitaremos.

Entonce, desde los cuatro puntos de vista expuestos arriba (el de necesidad humana, el científico, el económico y el militar) la respuesta es un rotundo "sí" a la pregunta que he formulado arriba. Evidentemente, este es un análisis muy somero del tema y se podrían dar más interpretaciones o incluso excepciones, pero creo que es apropiado como una aproximación a la pregunta que nos planteábamos arriba.

Así pues, exploremos "hasta el infinito y más allá".

Actualización (20:30): Y después de escribir esto, me salen con que igual ya no financian más el Hubble (aquí y aquí). A eso le llamo yo ser oportuno ...

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