10.10.05

La última frontera

La Humanidad tiene un nuevo embajador más allá del Sistema Solar. Por fin, los científicos han declarado que la Voyager 1, lanzada el 5 de Septiembre de 1977, ha superado el límite de la heliopausa, la zona que técnicamente separa la zona de influencia de nuestro Sol del espacio interestelar. Es el objeto fabricado por la Humanidad que más lejos ha viajado.

Esta sonda, cuya misión principal y original, junto con su gemela la Voyager 2, era la de explorar Jupiter, Saturno y sus lunas, ha sobrepasado ya los límites exteriores de nuestro Sistema. Así pues, se ha convertido en una sonda interestelar. Ahora su misión se centra en medir y estudiar los efectos del viento solar y del medio interestelar y enviar sus resultados a la Tierra. Transmisión que tarda trece horas en llegar,lo cual da una idea aproximada de lo lejos que está,si tenemos en cuenta que las ondas electromagnéticas en el vacío viajan a la velocidad de la luz.

Pero ¿Cuál es el límite del Sistema Solar? ¿Qué es la heliopausa? El Sol, debido a su física interna, está continuamente emitiendo fotones (luz) y otros tipos de partículas cargadas electricamente que son distribuidas de manera esférica. Imaginad una bombilla encendida: emite fotones, y podemos decir que su campo de emisión es esférico. Idelamente, parte de un punto y emite hacia todos los lados por igual (excepto el casquillo, por eso he puesto idealmente). El denominado viento solar no son más que esos flujos de partículas cargadas que viajan desde el centro del Sistema Solar (el Sol), hasta sus confines, en forma ideal de una burbuja en el medio interestelar. Como apunte curioso, las auroras boreales y australes son la interacción de dicho viento solar con el campo magnético de la Tierra.

Dichos confines con el medio interestelar son marcados por el propio Sol. Las partícula salen del Sol a increíbles velocidades supersónicas pero conforme viajan, van perdiendo velocidad, ya sea tanto por interacción gravitatoria, como por colisiones con otras partículas. Lo cierto es que cuando llegan a entre 80 y 100 unidades astronómicas de distancia del Sol, se produce un efecto de deceleración importante debido a la colisión con partículas del medio interestelar. De velocidades supersónicas bajan a velocidades subsónicas, produciendose una acumulación de partículas, y por lo tanto, una onda de choque con una emisión de energía en forma de calor. Ese borde externo de la burbuja es donde el viento solar no tiene fuerza suficiente como para empujar más al medio interestelar. Se produce un equilibrio de fuerzas y se levanta una frontera donde el Sol ya no puede influir más con su viento. Ese es considerado como el límite del Sistema Solar, la heliopausa. La interacción en esta frontera dista mucho de ser tranquila. El Sol tiene ciclos de actividad periódicos, a veces emitiendo más y a veces menos, y otros efectos hacen que dicha frontera no sea un sitio tranquilo e inmóvil.

Y en esa turbulenta y agitada frontera tenemos a la sonda Voyager 1, que ha superado con creces sus expectativas de vida. Su misión, ampliar el conocimiento humano de los límites de su "barrio", y su destino final, viajar por el espacio interestelar hasta que sea destruída por una colisión o rescatada por alguna otra raza inteligente ... para la cual lleva un mensaje.

Para saber más:

- Heliosphere
- Heliopause
- Interstellar medium

Ulceras y otros bichos

El premio Nobel de Medicina de 2005 se ha concedido a los investigadores australianos Barry J. Marshall y J. Robin Warren, por su descubrimiento en 1982 del mecanismo de formación de las úlceras estomacales: la Helicobacter pylori.

Dicho premio podría ser "otro premio Nobel más" de un grupo de investigación, si no fuera por las particulares resistencias que encontraron para que aceptaran su descubrimiento en el establishment médico de entonces. En aquella época, las causas comunes y aceptadas para las ulceras eran el estrés y la comida ácida, y muchos médicos tacharaon de locos a los investigadores por decir que una bacteria podía vivir en el estómago en un medio tan ácido. Incluso Marshall, para probar su teoría, engulló un tubo de ensayo lleno de una muestra de la bacteria. Al poco tiempo desarrolló una gastritis que curó con antibióticos.

Finalmente, y tras años de lucha, el descubrimiento proscrito fue abriéndose paso hasta llegar al punto donde estamos hoy, en el que se considera que el 80% de las úlceras gástricas son causadas por esa bacteria "que no podía vivir en un medio tan ácido".

Pero ¿cómo sobrevive en el estómago, luchando contra un pH de entre 1.0 y 3.0? Pues al parecer, esta bacteria se introduce en la cubierta de la mucosa protectora y excreta ureasa, una enzima que neutraliza el ácido que la rodea, pero que tiene un residuo secundario que daña las células que recubren el estómago. Así pues, mientras que ella se genera un microambiente libre de ácido, va dañando el recubrimiento del estómago, hasta que hace un "agujero". Este "agujero" debe entenderse como una zona de la pared estomacal que no está protegida por la mucosa. Así pues, el ácido daña la pared estomacal, causando la tan dolorosa úlcera sangrante.

Afortunadamente para nosotros, el descubrimiento de este mecanismo, ha hecho que el simple uso de antibióticos nos libren de una dolencia que antes era considerada como crónica, y bastante molesta para el que la sufría.

Gracias y enhorabuena, señores Marshall y Warren.

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